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Hoy me gustaría hacerte algunas preguntas: ¿a qué le tienes miedo? ¿ese miedo es tan elevado que no te ves capaz de enfrentarte a él? ¿ha condicionado en algún momento tu vida? Si las respuestas a las anteriores preguntas han sido afirmativas, te interesará seguir leyendo.
El miedo es una emoción universal que experimentamos cuando percibimos un peligro. No obstante, puede ocurrir que el miedo que sintamos ante una determinada situación, objeto y/o ser vivo sea tan elevado, que nos deje huella. Pongamos un ejemplo:
Imagínate que un día, mientras dabas un paseo, te encontraste con un perro que parecía estar perdido o abandonado. Decidiste acercarte a él para comprobar si tenía collar y poder localizar así a sus dueños. Cuando fuiste a acariciarle, el perro comenzó a gruñir y acabó mordiéndote en el brazo. Desde entonces, cada vez que vez a un perro por la calle, te sientes nervioso/a y sientes la necesidad de cambiarte de acera o, incluso, de cambiar tu recorrido, aunque implique tardar más en llegar a tu destino.
En este caso, estaríamos ante una fobia a los perros (o cinofobia). Las fobias, por tanto, se pueden definir como un miedo desproporcionado e irracional a estímulos que representan poco o ningún peligro. Las personas que lo sufren tratan de evitar a toda costa aquello que les provoca el miedo y, si no pueden, aparecen síntomas como taquicardia, temblores, sensación de falta de aire y fuerte deseo de huir.
Tipos de fobias
Entre las fobias más comunes encontramos:
· Fobias específicas: cuando aquello que genera el miedo es una situación, objeto y/o ser vivo concreto.
- Fobia a los animales (zoofobia): fobia a las serpientes, fobia a las arañas, fobia a los perros…
- Fobia a la sangre (hematofobia)
- Fobias del entorno natural: fobia a las alturas, fobia a las tormentas, fobia a la lluvia…
- Fobias de situación: fobia a volar en avión, fobia a los espacios cerrados, fobia a conducir
· Fobia social: cuando aparece miedo en el contexto de las interacciones sociales
Las fobias pueden resultar altamente incapacitantes, condicionando en gran medida el día a día de quien las sufre. La evitación de lo que provoca el miedo puede tener consecuencias negativas a nivel interpersonal y/o laboral e, incluso, debilitar la autoestima. Si no quieres que tus miedos sigan condicionando tu vida, te animo a contactar conmigo. Puedes encontrarme a través de mis redes sociales o mi página web.
Experimenta el cambio, siente el bienestar.
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